sábado, 27 de junio de 2009


Ahora con tantas muertes en el medio y tanta tristeza rodeando la tele, la radio, los periódicos, y las mentes de las personas me puse a pensar en lo intenso de perder a alguien y más si es a la persona que amas (sin tener en cuenta la manera en la que la pierdes).

Creo que si algún día la perdiera no entendería que ha pasado, la gente probablemente me preguntaría si estoy bien, si me siento tranquila, vería pasar a las personas cuales entes poco móviles, delante mío y algunos muy cercanos se atreverían a decirme “lo siento mucho”, frase a la cual no sabría que responder…

Que se dice cuando se me va no solo la compañera a la que escogí de por vida sino se me va la vida que escogí con aquella compañera.

Se me van mis desayunos en la cama, mis almuerzos viendo películas en el sofá-cama soñado, mis cenas en la cama y las peleas por quien lava los platos esa noche. Se me van mis escapadas del trabajo por un día en la casa, las interminables charlas a media luz y si es con un poquito de música mejor aun.

Se me van los bailes, los sueños, las locuras, las fotos, los marcos, la casa, la almohada, la colcha, la sabana fría, el espacio entre su cuello y su oreja, la comodidad, la seguridad, la idolatría, los celos, los chistes, las cosquillas, los te amo, los te extraño, los sobrenombres, los pies fríos, las manos calientes, las medicinas olvidadas, las risas, las conversaciones, las dietas frustradas, las matriculas en los gimnasios, los viajes, los paseos, los regalos, los cumpleaños, los aniversarios, las noches, los días, la luz, la oscuridad con ojos cerrados, las compras del mes, las de la semana, las cajitas de tissue, las frutas, las pastas, los aros, las converse, los aparatos electrónicos, los conciertos, los libros, el leer, los programas de tele, las listas, los regaños, el papel higiénico, las gaseosas, los caramelos, el helado de fresa, el de lúcuma, las manzanas dulces, el baile, las ganas, la necesidad, el querer, el amar, los perfumes no dulces, los gritos, las palabras, los llantos, las novelas, los documentales, los chats, los juegos de computadora, las compras compulsivas, los fast foods, las esperanzas, la racionalidad, la locura, el sexo, el buen sexo, las miradas, las caricias, las manos calientes, el caminar, el correr, el hablar, el callar, el vivir.

Que le contesto a los que se me acerquen y me digan “lo siento” solo me quedaría decir “créeme que mi estado de no-vida lo siente más o quizá no sienta nada”



Nota para la que no quiero que se vaya:

Como veras, si te vas se me va todo eso… ¿qué queda? Si hasta la esperanza se va en ti.